Vivir bajo el sistema y las muchas identidades que este mundo nos ofrece nos convierte en seres egoístas, y comenzamos a enfocarnos en hacer. Hacer para ser amados, hacer para ser aceptados y perdonados etc. En cambio, vivir bajo el sistema del cielo nos da identidad y actuamos desde esa identidad. Creer en la identidad que Dios me ha dado me lleva a ser su hijo. Saber que soy amado me ayuda a dar amor, saber que soy perdonado y aceptado me ayuda a perdonar y aceptar a otros.

Pasa lo mismos con nuestros recursos económicos. Es muy fácil auto posicionarnos en un estatus social de acuerdo con lo que tenemos o no. Si tengo mucho soy rico y puedo compartir, si tengo poco soy pobre y tengo que guardar o se me acabara. Eso es lo que el sistema del mundo nos dice y cuando creemos que nuestra prosperidad la define ese sistema nos convertimos en personas ambiciosas, egoístas y avaras. Reconocer que nuestros recursos provienen de Dios nos lleva a ser generosos, con otros y también con Dios.
¿Estás tú creyendo lo que el mundo dice de ti? ¿Eres generoso de acuerdo con la cantidad de recursos que posees? ¿Estás enfocado en hacer mil cosas para ser alguien?
Ser prósperos, amados, perdonados o aceptados vienen en la misma medida en que lo creemos y lo damos.
Ofrecer un regalo puede abrir puertas… Proverbios 18:16
Feeeliz Sábado!!!!