Las palabras son parecidas a las semillas

Al hablarlas en voz alta, son plantadas en nuestra mente subconsciente, y cobran una vida propia; echan raíces, crecen y producen la misma clase de fruta.
 
 
Si hablamos palabras positivas, nuestras vidas caminarán en esa dirección; igualmente, las palabras negativas producirán malos resultados.
 
No podemos hablar palabras de derrota y fracaso y esperar vivir en victoria. Segaremos precisamente lo que hemos sembrado.
 
 
Esas son la clase de palabras que usted debe aprender a hablar en sus circunstancias cotidianas, y especialmente en los tiempos de crisis y adversidad.
 
Cuando esté enfrentando obstáculos en su camino, deberá decir con confianza:
- “Mayor es el que está en mí que el que está en el mundo.
- Ninguna arma forjada en contra de mí prosperará.
- Dios es mi amparo y fortaleza. El Señor cuidará de mi”.
 Siembra bien en tu vida y en la de otros.
 
Pastora Mabel Tolosa de Claus, Centro Cristiano Puerta Abierta, Sáenz Peña, Chaco, Argentina

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