Salmos 65:11-13 “Coronas el año con una copiosa cosecha; hasta los senderos más pisoteados desbordan de abundancia. Las praderas del desierto se convierten en buenos pastizales, y las laderas de las colinas florecen de alegría. Los prados se visten con rebaños de ovejas, y los valles están alfombrados con grano. ¡Todos gritan y cantan de alegría!”.
Esta es la voluntad de Dios para cada persona que quiere ser parte del Reino de la Luz y está dispuesta a sembrar con fe, confiando que Dios mandará su lluvia celestial, para cosechar sobrenaturalmente.

Lo que hoy está perdido, pisoteado, mañana tendrá fruto abundante; el sacrificio de hoy, mañana será bendición; lo que hoy te cuesta dar, mañana será multiplicación.
Es la ley de la siembra y la cosecha.
Orá así: Padre, en base a tu promesa, hoy siembro, emprendo en fe, persevero; doy, esperando esa cosecha abundante. ¡Hacé llover bendición sobre las obras de mis manos! En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Miércoles!