La humildad es una actitud interior que reconoce que sin Dios no somos nada. Un corazón agradecido y consciente de su necesidad de gracia es el terreno fértil donde Dios puede obrar."Humíllense, por lo tanto, bajo la poderosa mano de Dios, para que a su debido tiempo Él los exalte." 1 Pedro 5.6