1 Samuel 17:38-40 “Después Saúl le dio a David su propia armadura: un casco de bronce y una cota de malla. David se los puso, se ciñó la espada y probó dar unos pasos, porque nunca antes se había vestido con algo semejante. “No puedo andar con todo esto”, le dijo a Saúl. No estoy acostumbrado a usarlo. Así que David se lo quitó. Tomó cinco piedras lisas de un arroyo y las metió en su bolsa de pastor. Luego, armado únicamente con su vara de pastor y su honda, comenzó a cruzar el valle para luchar contra el gigante filisteo”.

El rey quiso armar como soldado, a un simple pastor de ovejas, menospreciando las piedritas, la honda, y la vara.

De la misma manera, el diablo te hace ver lo poco que tienes para enfrentar los gigantes modernos.

La fe te eleva por encima de tus límites. Te hace ver que lo que tienes es suficiente cuando lo pones en las manos de Dios, te hace disfrutar de la victoria, aunque hoy no sepas cómo ganarás la batalla.

Ora así: Padre Dios, creo que poniendo mis recursos en tus manos tengo lo necesario para salir a ganar esta batalla. Te pido tu ayuda y bendición. En el Nombre de Jesus, amén.
¡Bendecido Sábado!