Nos volvemos quejosos, malhumorados, violentos, y maltratamos de muchas formas a los que forman parte de nuestro entorno.
El texto bíblico habla de José y sus hermanos. La vida de José no fue para nada sencilla, ni tranquila.
En su adolescencia fue odiado y maltratado por sus hermanos a causa de cierto favoritismo y sobreprotección que recibía de su padre. La historia nos muestra que sus hermanos lo metieron en un pozo mientras deliberaban si lo iban a matar o no. Uno de sus hermanos le salvó la vida proponiendo venderlo como esclavo a una compañía que hacía negocios en Egipto, y eso hicieron.
Lo despojaron de su ropa y lo vendieron. Mataron un animal, rociaron su ropa con sangre y la llevaron a su padre haciéndole creer que un animal salvaje lo había atacado. Y mantuvieron esta mentira por muchos años.
Resumiendo, la historia, José pasó por unos años realmente duros y complejos, pero Dios lo levantó y llegó a un puesto de gobierno en Egipto.
Y allí es donde se produce el reencuentro con sus hermanos. José tenía todo el poder para vengarse, para cobrarse todo el daño que sus hermanos le habían producido. Es por eso, que sus hermanos llegan a él llenos de inseguridad y miedo.
Pero José les dice: tranquilos, no tengan miedo, todo está bien. Este texto nos muestra que el corazón de José está sano. No hay odio, ni resentimiento, ni amargura. “Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo”. Génesis 50.19-20
Y cuando el corazón de alguien está sano, los demás pueden tener paz y estar tranquilos.
Equipo Pastoral Centro Cristiano Puerta Abierta, Sáenz Peña - Chaco
