Hoy veo a tantos padres desentendidos de la crianza de sus hijos… Y algo que he aprendido este tiempo es que uno nunca deja de ser padre.
Sin importar la edad y condición de civil de los hijos, seguimos siendo un apoyo, soporte y guía para ellos. La labor de un padre no termina jamás.
No hay mayor siembra e inversión que podamos hacer en tiempo, energía, enfoque, corrección e instrucción, que la que hacemos por nuestros hijos.
Llega un momento donde ellos crecen, salen, construyen sus familias y toman sus propias decisiones y es allí donde te das cuenta del gran trabajo que has hecho como padre.
Sin duda, el verdadero éxito en la vida, es que tus hijos quieran pasar tiempo contigo de adultos.