¡Que lindo... no habla mal de nadie!

¿Se dio cuenta que impacto más agradable nos provocan las personas que no critican a nadie? Con Marcelo nos sorprendemos muchas veces comentándonos: ¿Te diste cuenta que no habló mal de nadie?
 
¿Y por qué no lo hacemos si esa posibilidad está al alcance de la mano?
 
¿Por qué no decidir, a partir de hoy, corregirnos mutuamente?
 
Lo que debemos saber es que para que no salgan críticas destructivas de nuestra boca se necesita algo previo: pensar de manera correcta. Porque eso nos llevará a actuar de manera correcta. Y a producir consecuencias correctas.
 
 
 
Me pregunto, ¿qué razón puede existir para que haya personas que continuamente necesitan criticar lo de alrededor para sentirse bien?
 
¿Qué les falta por dentro, para hacer de esta terrible costumbre su único tema de conversación?
 
 
No me cabe ninguna duda que este tipo de personas son las más insatisfechas con sus propias vidas.
 
 
 
La palabra de Dios dice en Proverbios 16:28 "El hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos".
 
Y que en lugar de hacerlas blanco de nuestro repudio o de rápidamente alejarnos de ellas, podamos tomar un camino novedoso que le agrada mucho más al Señor: ese camino es ayudarlas.
 
Quién de nosotros no ha perdido el eje alguna vez y nos hemos involucrado haciendo exactamente lo que hace el mundo y justificándonos con ese pobre y carnal argumento: “Total…todos lo hacen”. Todos no.
 
 
Todavía hay un remanente que nos asombra gratamente con su hermosa manera de pensar…y de hablar.
 
Por Hilda Laffitte
 

Suscríbete a nuestro boletín de novedades

Te vamos a comunicar lo más destacado.
Solo una vez por semana te enviaremos notas seleccionadas de nuestra web.