×

Advertencia

JUser: :_load: No se ha podido cargar al usuario con 'ID': 53

¡Da testimonio del poder de Dios!

Cuando estamos en aflicción, somos como los niños que giran la cabeza de sus padres para que los miren, reclamamos atención como si tuviéramos cuatro años y algo nos molestara. Al recibir la mirada, la comprensión y la ayuda de Dios ¿cómo no contar a todos lo que Él ha hecho en nuestra vida y cómo nos ha cambiado?.

Salmos 30:9-12 “Escúchame, Señor, y ten misericordia de mí; ¡ayúdame! Tú cambiaste mi duelo en alegre danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría, para que yo te cante alabanzas y no me quede callado. ¡Por siempre te daré gracias!

Este Salmo te invita a pedirle ayuda a Dios, confiando en su misericordia.

David, el autor de este himno, experimentó la salvación del Señor, y en respuesta a que Dios lo sacó del duelo y del luto, decidió alabar y declarar ante todas Sus maravillas.

Hacé también lo mismo que David. Pedí con fe, y al recibir la respuesta, da gracias a Dios toda tu vida.

Orá así: Padre Dios, también como el salmista, por tu misericordia, pido tu ayuda y tu bendición. Voy a dar testimonio de todo lo que has hecho y harás conmigo. En el Nombre de Jesus, amén.

¡Bendecido Jueves!

Suscríbete a nuestro boletín de novedades

Te vamos a comunicar lo más destacado.
Solo una vez por semana te enviaremos notas seleccionadas de nuestra web.