Salmos 30:9-12 “Escúchame, Señor, y ten misericordia de mí; ¡ayúdame! Tú cambiaste mi duelo en alegre danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría, para que yo te cante alabanzas y no me quede callado. ¡Por siempre te daré gracias!

Este Salmo te invita a pedirle ayuda a Dios, confiando en su misericordia.

David, el autor de este himno, experimentó la salvación del Señor, y en respuesta a que Dios lo sacó del duelo y del luto, decidió alabar y declarar ante todas Sus maravillas.

Hacé también lo mismo que David. Pedí con fe, y al recibir la respuesta, da gracias a Dios toda tu vida.

Orá así: Padre Dios, también como el salmista, por tu misericordia, pido tu ayuda y tu bendición. Voy a dar testimonio de todo lo que has hecho y harás conmigo. En el Nombre de Jesus, amén.
¡Bendecido Jueves!