Cuanto más Dios, que es Nuestro Padre, muchas veces nos permite estar en un proceso, largo, difícil, pero oportuno, para que algún aspecto de nuestra vida se reestablezca. Y en Él no hay error, ni sombra de pecado, como sí hay en nosotros.
Muchas veces lloramos en el proceso, con una enfermedad, en un trabajo, en una prueba, clamamos, pedimos, ayunamos, pero el cielo permanece cerrado y el tiempo pasa, gruesas lágrimas surcan nuestras mejillas, nuestra fe quiere flaquear.
https://www.youtube.com/watch?v=bidKZmIGptg
Pero espera, ese Papá que te llevó al taller te está moldeando, sus dedos se hunden en tu carne, es similar a cuando tus papás terrenales te llevaban al médico. Duele, si que duele. Pero confía en Su palabra, que dice que "todas las cosas nos ayudan a bien a los que aman a Dios" o sea, todo, aún eso que te hace sufrir hoy. Aprovecha este tiempo en el taller, aprende todo lo que puedas, presta atención, hay un campo desconocido que se está abriendo y nuevas cosas Dios está desarrollando en vos en este tiempo.
Estás, estamos aprendiendo, algo que no vemos, (como cuando éramos chiquitos y nos quejábamos) se está gestando en nosotros, y en algún momento, no muy lejano, esa victoria que tanto has orado, que tanto has clamado, ayunado y hasta ofrendado, llegará. Y la recompensa por haber permanecido será tan grande, pero tan grande...
Aún no se ha cerrado el capítulo, espera, Dios aún está trabajando con vos y conmigo.
De la redacción de encendidosporelespíritu