San Lucas 7:12-15 “Cuando Jesús llegó a la entrada de la aldea, salía una procesión fúnebre. El joven que había muerto era el único hijo de una viuda, y una gran multitud de la aldea la acompañaba. Cuando el Señor la vio, su corazón rebosó de compasión. «No llores», le dijo. Luego se acercó al ataúd y lo tocó y los que cargaban el ataúd se detuvieron. «Joven, dijo Jesús, te digo, levántate». ¡Entonces el joven muerto se incorporó y comenzó a hablar! Y Jesús lo regresó a su madre”.

Jesús también rebosa de compasión por ti, y quiere intervenir cuando ya estás “enterrando” tu negocio, tu matrimonio, cuando el diagnóstico parece irreversible, cuando no ves una luz de esperanza.
Él es la resurrección y la vida y todo lo que parece muerto, ¡vivirá!
Ora así: Padre Dios, gracias porque en esta mañana Jesús me mira con compasión. Abro mi corazón para recibir resurrección y vida. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Viernes!