Isaias 54: 7-8 Por un breve instante te abandoné, pero con gran compasión te recibiré de nuevo. En un estallido de enojo, escondí de ti mi rostro por un poco de tiempo. Pero con amor eterno tendré compasión de ti, dice el Señor, tu Redentor.

Tus pecados te separan de Dios y por eso hay momentos donde sentís que estás solo.
Pero este es el momento para acercarte a Él, pedirle perdón, con la seguridad de que te ama eternamente y con compasión te liberará de las consecuencias de tus errores.

Orá así: Padre Dios, hoy me acerco a Vos, reconociendo mis pecados, buscando tu perdón y pidiendo que bendigas mi vida. Gracias por tu eterno amor y compasión hacia mí. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!