Ella es docente y Dios tenía planes para su vida, por lo que rindió para el cargo de directora de escuela y Él le concedió el privilegio de obtenerlo en una escuela en la localidad de Puerto Vilelas.
Cuando llegó a ese lugar, no estaba en buenas condiciones, necesitaba de muchas cosas para mejorar el edificio. Oró a Dios y pidió su ayuda, y Él hizo el milagro y la escuela fue transformada totalmente. El mismo día que pidió para poder mejorar el aspecto de la escuela, le llama su supervisora y le dice que envíe una nota, porque tenía la pintura para el edificio y se le envió antes que termine la jornada laboral.
Nuestra hermana nos aconseja que oremos y tengamos intimidad con el Espíritu Santo y, si Él nos da un desafío, Él provee. La mano de Dios se ve en cada cosa y en cada minuto.
Centro Cristiano de Avivamiento, Resistencia, Chaco, Argentina