Marcelo Laffitte relata: "Nosotros, por culpa exclusivamente mía, tuvimos, en el comienzo de nuestro matrimonio, un problema serio de comunicación. Y no fue precisamente por falta de palabras.Trabajaba de periodista y volvía casa a la media tarde. Yo acostumbraba a “copar” (dominar) la charla. Lo mío eran largos monólogos contando todo lo que había vivido en esa jornada".