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Fuiste escogido por Dios, vas a cambiar

Yo creo en la evolución de las personas. Y mucho más después que comencé a vivir el cristianismo. La sociedad tiende a poner rótulos a la gente. A estigmatizarla. En los pueblos, sobre todo, (yo soy de un pueblito) “el borracho”, “el loco” e incluso “el gordo” o “el colorado” se quedan con esos despectivos apodos por toda la vida por más que cambien radicalmente.

 

Muchos se quedan con “la foto” y dejan de mirar “la película”. Algunas fotos muestran a un hombre miserable, violento, despreciable. Y la gente se queda con esa imagen. Pero si mirasen la película verían una escena en donde aquel hombre se acercó a Cristo, abrazó sinceramente su nueva forma de vida y su fe, y se convirtió en “una criatura totalmente nueva”.
 
No dejo de asombrarme y de agradecer esa inmensa posibilidad de cambiar que nos ofrece la fe. Siempre pensamos con Hilda:
• ¿Qué sentido hubiese tenido nuestra vida si no hubiésemos conocido a Cristo?
• ¿En qué estaríamos ocupados? ¿O en qué estaríamos estancados?
• ¡Qué frustración nos traería pensar en la brevedad de la existencia!
Nuestras vidas, como las de millones de creyentes en Cristo, tuvieron dos faces: Una, que en mi caso se extendió por 29 años y en el de Hilda por 21años, de vacío y falta de propósito.
 
 
Y otra, desde que conocimos a Cristo hasta la actualidad, llena de desafíos y recompensas, de sentido, de amor y sobre todo de esperanza.
Cómo no repetir: ¡Gracias Dios nuestro por escogernos de entre los tristes del mundo!
 
 
"Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es". 1 Corintios 1: 27-28
 
 
Por Marcelo Laffitte

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