Me gusta decirles a mis amigos que aparte de escribir libros, editar obras de otros autores y de dar conferencias yo soy traductor de la Biblia. Inmediatamente me preguntan: ¿Pero vos sabes hebreo, sabes griego?. “No sé nada de esos idiomas pero para las traducciones que hago no se necesitan”. ¿Y qué traducis? Entonces les explico: “A mí me gusta traducir la Biblia a la vida”.