Mis imposibles delante de un Dios Todopoderoso se vuelven nada. Y cada una de nuestras batallas son una oportunidad de ver el poder y el amor de nuestro Dios, y su fidelidad para cumplir lo que él promete.
Por eso nuestros desafíos ¡nos hacen más fuertes!. Es que luego de enfrentar y vencer las dificultades te vuelves más fuerte, sabes que has subido un escalón más y que no te quedaste en el descanso, sino que llegó el tiempo de crecer.
Un día como hoy, nosotros celebramos una entrada triunfal, cuando Jesús entra en Jerusalén lo esperaba un burro en el cual nunca nadie había montado en él para cumplir con la palabra profética.
Déjame decirte esto, si Dios pudo usar a un burro para moverse, deja que la presencia de Él entre en tu vida y vaya donde te muevas.
La gente se dará cuenta de que hay algo diferente en tu vida, hay alguien especial sobre ti ahora. ¡Estás bajo la gloria!.
Cuando esto ocurrió, Jesús podría haber venido en un caballo, ya que el burro era el modo de transporte económico de la baja sociedad y el caballo lo utilizaban los reyes, pero Él entró de manera humilde. Si no le das tu burro, Dios usara a alguien más, el problema es que otro burro se llevará la gloria.