El poder perdonar

En toda familia surgen momentos de conflicto, palabras hirientes o errores que pueden lastimar profundamente. Sin embargo, Dios nos llama a practicar el perdón como Él nos perdonó en Cristo. El perdón no es solo un acto de palabra, sino una decisión del corazón de liberar a quien nos ofendió y de sanar nuestras propias heridas. “Soportaos unos a otros, y perdonaos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro; de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.” – Colosenses 3:13

 El hogar es un lugar donde se aprende a perdonar y a ser perdonado. Cada miembro de la familia puede equivocarse, y muchas veces la frustración o el orgullo nos impiden reconciliarnos. Pero, guardar rencor solo genera distancia, resentimiento y dolor. Perdonar no significa justificar el error, sino permitir que el amor y la gracia de Dios restauren la relación.

Cuando perdonamos, la paz de Dios llena el hogar y rompe cadenas de resentimiento. Enseñar a pedir perdón y a perdonar fortalece la familia y edifica el carácter de cada integrante, mostrando un reflejo del amor de Dios. La Biblia nos recuerda que la misericordia y la gracia deben prevalecer en todas nuestras relaciones.
 
El perdón transforma corazones y permite que la familia crezca en unidad y confianza, dejando que Dios actúe en cada relación, sanando heridas y acercándonos más unos a otros.
 
ORACIÓN: Señor, dame un corazón dispuesto a perdonar y a recibir perdón. Sana las heridas en mi familia y llena nuestro hogar de tu gracia y paz. Que cada relación refleje Tu amor incondicional. Amén.
 
CENTRO CRISTIANO PUERTA ABIERTA
Sáenz Peña – Chaco

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