No te defiendas

En muchas circunstancias de la vida recibimos golpes, traiciones, decepciones y esos sentimientos feos. En algunas veces ocasionados por nuestros actos, pero en otras, sin causa o motivo alguno. No les caemos bien y es suficiente para hasta tendernos trampas, injuriarnos o confabular contra nosotros.

Es entonces cuando nuestro ser interior se enoja, trata de defenderse y en los peores casos, devolvemos con la misma vara.

Pero ¿qué dice Dios al respecto?

Romanos 12 17 al 19 dice “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, atened paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos; sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”.

Cuesta, yo sé que cuesta y mucho. Nuestra carne debe morir al deseo de defenderse, vengarse y resolver "con nuestras fuerzas" el problema.

Es un proceso que tal vez nos costará toda la vida aprenderlo, pero tenemos al Maestro, a Jesús, quien nos dio el mejor de los ejemplos, Él se calló, "no abrió su boca" dice Isaías 53:7 y Dios lo exaltó a lo máximo.

De la redacción de Encendidosporelespiritu.com.ar

Suscríbete a nuestro boletín de novedades

Te vamos a comunicar lo más destacado.
Solo una vez por semana te enviaremos notas seleccionadas de nuestra web.