Perdonar no es olvidar, es liberar el corazón de la carga del dolor. Cuando perdonamos, rompemos las cadenas que nos atan al pasado y abrimos el camino hacia un futuro de paz y bendición.
El perdón nos hace libres, porque deja de gobernar el rencor y comienza a reinar el amor de Dios en nuestro interior.
Como dice Efesios 4:32: “Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
Perdonar es elegir la libertad y permitir que Dios nos direccione hacia un futuro lleno de esperanza y propósito. Vivamos en la libertad que Dios nos ha dado.
Ahh y no olvidar que con la misma vara que medimos seremos medidos. Y solo si perdonamos, seremos perdonados.
Pastora Mabel Toloza de Claus, Sáenz Peña, Chaco, Argentina