Tengo un amigo, Raúl, que cada vez que le toca perder en la vida –un mal negocio, una desilusión, cualquier fracaso- suele repetir esta frase: “Lo apunto en pérdidas y ganancias”. Con eso definía la composición básica de la existencia del hombre: una interminable sucesión de éxitos y derrotas, de lágrimas y de risas.