Las promesas de Dios son lámparas de esperanza que iluminan nuestro camino, incluso cuando los errores que hemos cometido parecen oscurecer nuestro horizonte. En la Biblia, encontramos innumerables promesas que nos aseguran que el amor y la gracia de Dios son mucho más grandes que nuestras equivocaciones.
El texto de Romanos 8.28 dice: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".
Se nos recuerda que TODAS las cosas, incluso nuestros errores son usados por Dios para nuestro bien. Aprendamos a confiar en el Señor más allá de los pecados que hemos cometido.
Asimismo, en 1 Juan 1:9 se nos asegura que "si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad", lo que destaca la infinita misericordia del Señor frente a nuestras debilidades y pecados. Esta promesa debe recordarnos que no estamos definidos por las equivocaciones, errores, o pecados que hayamos cometido, sino por la inmensurable bondad de Dios quien cuando nos arrepentimos, nos perdona e invita a levantarnos y seguir adelante con fe en sus promesas.
En Filipenses 1:6, se nos asegura que "el que comenzó la buena obra en vosotros, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo", lo que nos da la confianza de saber que Dios está trabajando en nosotros, a pesar de que la obra no está terminada. Confiemos en la fidelidad y poder redentor del Señor, que son mayores que nuestras imperfecciones.
Anímate y levántate después de toda caída, sigue adelante con la certeza que estamos en las manos amorosas del Creador, quien tiene un plan perfecto para tu vida.