Lo que nosotros reflejamos en el mundo, es lo que reflejamos a Dios.
Pero nosotros tenemos que ser como Él es. El perfecto amor, quita todo temor. El que teme no ha sido perfeccionado en el amor.
¡Si estamos llenos del amor de Dios, nada nos faltará!

Si descuidamos las relaciones de esta tierra, al cabo de un tiempo, alguien o algo ocupará ese lugar.
En cambio el Espíritu de Dios nos anhela, nos busca celosamente, Él nos buscó a nosotros primero.
Hablar con Dios es un placer, un privilegio. Él nos está esperando a que vayamos a su encuentro.

Cuando te encuentras con Él, todo el amor que está en Él, se mete en ti.
Si disminuye tu relación con Dios faltará en tu vida paz, amor, seguridad y todo lo que Él da, entonces comenzarás a demandar de los que te rodean lo que sólo Dios te puede dar. No puedes dar lo que no tienes.
Si la relación no crece, no entenderás quien es el Dios que está de tu lado, por eso es tan importante todos los días, tomarte un tiempo para mantener esa relación.
¡No es casual, es intencional la búsqueda, todos los días!
Pastor Robert Acosta, Centro Cristiano de Avivamiento, Resistencia, Chaco, Argentina