Algunas cosas nos suceden para llamarnos la atención, y para que reflexionemos sobre la temporalidad y fragilidad de nuestra vida. El sano se enferma, el buen empleado pierde su trabajo, el joven es víctima de la violencia y pierde la vida.
En fin, el futuro es dudoso o al menos eso es lo que nosotros creemos. Pero para Dios no hay ninguna duda sobre nuestro futuro. Nuestra vida está en sus manos. Nada nos va a suceder sin que Él lo permita. Ten fe en esto. Confía en Él. Él te ama, y hará lo que sea mejor para ti. Él envió a Jesucristo para salvarnos.
Por eso, confía tu futuro en las manos de Dios, y ten la certeza que estarás a salvo.