2 Corintios 4:16-18 “Es por esto que nunca nos damos por vencidos. Aunque nuestro cuerpo se está desgastando, nuestro espíritu va renovándose cada día. Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades! Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver, son eternas”.
En tiempos difíciles, debes poner la fe en las promesas, no en los problemas, los cuales son “pequeños”, de “corta duración“ y sólo una preparación para los gloriosos días venideros.
Tu cuerpo y mente sienten el cansancio, pero al poner tu confianza en Dios, tu espíritu se renueva, y por la fe, podrás ver todo lo glorioso que viene pronto sobre ti.
Ora así: Padre Dios, reconozco que por momentos no se qué hacer y me siento débil. Pero al recibir tu Palabra, mis ojos se abren para ver en fe la salida, y me fortalezco en mi interior. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Martes!
