Deuteronomio 30:15-16 “¡Ahora escucha! En este día, te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre la prosperidad y la calamidad. Pues hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios y cumplas sus mandatos, decretos y ordenanzas andando en sus caminos. Si lo haces, vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá a ti y también al lugar donde estás a punto de entrar y que vas a poseer”.
Tenés solo dos opciones, dos caminos: el bueno y el malo, la vida y la muerte, la bendición y la maldición, la prosperidad o la calamidad.
Uno de ellos, a simple vista, parece más atractivo, placentero, dinero fácil, pero termina en maldición, destrucción, muerte.
Elegí bien, decidí obedecer al Señor, seguir sus pasos; y las bendiciones, la vida, la prosperidad, te seguirán a vos y serás bendición, incluso al lugar donde vivís.
Orá así: Padre Dios hoy renuncio al camino fácil, a hacer mi propia voluntad, para obedecerte. Confío que tus bendiciones me seguirán a mí, mi casa y alcanzarán el lugar donde vivo. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Miércoles!