Hoy vivimos en un mundo donde se habla mucho del derecho de elegir, y algunas cosas son posible elegirlas de entre muchas opciones.
Por ejemplo, se habla de elegir la carrera universitaria que queremos estudiar, elegir a la pareja con la cual queremos casarnos, elegir el tipo de presidente que queremos tener en el país, elegir la ropa que queremos vestir, elegir el lugar donde queremos vivir e incluso hoy se habla, de elegir la identidad de género.
Muchas elecciones pueden ser buenas, otras nos conducen al pecado, sin embargo, en la vida espiritual sólo existen dos opciones, o la vida eterna, o la condenación eterna, o elegimos vivir para Dios o para este mundo de pecado y por ello, por ello, el libro de Apocalipsis en su último capítulo nos exhorta a definirnos en esta vida.

“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”, dice la palabra en (Mateo 7:13-14).
Por lo tanto, en la vida solo hay dos caminos, el que conduce a la vida eterna y el que nos lleva al infierno, y de manera similar, hay dos formas de vivir, o vivimos en la inmundicia y pecado de este mundo o en santidad y obediencia a la palabra de Dios. Cada uno de nosotros debe meditar en que camino se encuentra y definirnos, porque Dios desaprueba los términos medios.

“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca". (Apocalipsis 3:15-16).
Si nos damos cuenta, Dios desea que nos decidamos, o somos fríos o calientes, o vivimos para El o para el mundo; pero ser tibios, eso es algo que aborrece totalmente, por tanto, es importante definirnos en esta vida, ya sea para que seamos personas que realmente viven para Dios, o para este mundo.

Conclusión:
El deseo de Dios es que todos los hombres sean salvos de la condenación eterna y por eso hoy en día se predica el evangelio, sin embargo, debemos estar conscientes que no podemos estar bien con Dios y continuar participando de las obras de este mundo, por eso en el libro de Apocalipsis encontramos una exhortación a definirnos.
O vivimos para Dios santificándonos cada día más delante de su presencia, o si, si alguien prefiera más el mundo entonces, el injusto sea más injusto y el inmundo sea más inmundo, porque por sus pecados perecerán.
Maximiliano Duarte.