Eso significa que hay una asignación puesta por Dios para tu vida.
Pero para llegar, hay que tomar el camino que te lleva a ese lugar. Ese camino es la voluntad de Dios.
Esto es un ejercicio diario, porque no siempre vemos o conocemos el destino. Sólo conocemos que estamos en el camino correcto y debemos seguir en Él. El camino es Jesús.
Si sigues a Jesús, Él te dirigirá hacia el destino y el cumplimiento del propósito de tu vida.
Primeramente, te llevará hacia el arrepentimiento, el que te dirigirá al Padre, cuando te encuentres enfrente del Padre Eterno, verás que toda tu vida en Él, está completa.
Estando frente a Su Trono, recibirás el plan hermoso que tiene contigo y de allí, te mandará a su Espíritu Santo para que siga guiando tu vida y te lleve a tu destino.
En el camino, siempre vas a encontrar desafíos. Mejor dicho, aunque no los busques, van a venir. Pero tengo una buena noticia, no son para destruirte sino para pulirte, mejorarte, prepararte, equiparte y formarte en el carácter de Cristo que te dará el poder para conquistar tu vida, futuro, familia, propósito.
Pablo llegó a rendir su vida de tal manera que dijo "Para mí el vivir es Cristo"… es decir que todo lo que valgo, tengo y sueño es Cristo y en Él tendremos nuestra recompensa, si nos mantenemos firmes.
Sigue la mano del Espíritu Santo, porque desde antes de la fundación del mundo, estabas en los planes de Dios, como Su obra única e irrepetible, con un propósito que nadie más podrá cumplir.
Sigue confiando y siendo guiado por el Espíritu Santo quien te dará la victoria.
Anabella Acosta, Centro Cristiano de Avivamiento, Resistencia, Chaco, Argentina
