Testimonio:13 de enero de 2017… una fecha para recordar y a la vez olvidar
Detalles
By Monica
Monica
Recordar… porque vimos la misericordia del Señor Jesús sobre nuestras vidas. Olvidar… porque después de esa horrible noche y lo experimentado, mi vida, la de mi esposa y mi familia, nunca más fueron las mismas.
¿Cómo es posible que una persona, otro “ser humano” -que perdió esa categoría para pasar a ser un ser despreciable por la sociedad-, pueda atentar contra tu vida, sin importarle absolutamente nada?.
Ese fatídico viernes 13 de enero de 2017 pensé que iba a morir, por los golpes y el disparo de un arma de fuego de 9 mm que ingresó a la altura de la ingle izquierda y fue destruyendo el fémur hasta llegar a la rodilla. Sucedió que al regresar a nuestro hogar con mi esposa Noemí, encontramos a dos personas jóvenes dentro de nuestra casa, dando comienzo a un robo a mano armada, que luego se transformó en un episodio violento con golpes. Nos ataron las manos coartándonos la libertad y además dispararon un tiro en mi pierna izquierda, dejándome completamente inmóvil y desangrándome, algo que a ellos no les importó.
Fueron los 45 minutos más largos de nuestras vidas, en medio del dolor y sufrimiento, y en ese horrible momento, pensé que nos iban a matar. Orando al Señor encomendamos nuestras almas y quedamos esperando el momento final. Luego de lograr lo que ellos querían, se fueron y mi esposa se pudo desatar primero para luego desatarme a mí y con gran valentía, salió a pedir ayuda a los vecinos.
Me llevaron al hospital donde estuve internado por tres días, con muchos dolores.
Los profesionales de San Luis hicieron lo que pudieron, dándome la atención posible, por lo cual estoy agradecido. Me mantuvieron estable y con la medicación adecuada, pero con incertidumbre con respecto a proceder a una intervención quirúrgica.
Esa indecisión creó un sentimiento de inseguridad tanto en mí como en mi familia; pero fue entonces que un pasaje de las Sagradas Escrituras vino a mi corazón con mucha fuerza: “Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.” (Juan 11:4).
El interrogante llegó y le pregunté al Señor: “¿Por qué me sucedió a mí?” Y la respuesta no se hizo esperar… “¿y por qué no? ¿Y qué tal si Yo me quiero glorificar en tu debilidad y no en tu entereza física?” Esa fue la voz que oí, claramente."
Fragmento de "Una historia fraguada a fuego" por Miguel Echegaray.
Libro publicado por la editorial M. Laffitte Ediciones, puede adquirir el libro contactándose con el autor: Miguel Edgar Echegaray: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.