Integridad: una decisión que cuesta, pero habla fuerte de vos

Una familia de creyentes compró una casa para reciclar. Grande fue su asombro cuando descubrieron que en uno de los “tapa-rollos” de una ventana había un frasco de metal lleno de dólares.

¿Qué debe hacer un cristiano en una situación así? Allí es donde se mide nuestra auténtica integridad. Ellos podrían argumentar que “ahora la casa es nuestra”.

Pero a la vez su conciencia les diría: “Saben muy bien quién es el propietario de esta casa”. Decisiones que deben tomarse en lo secreto, y que de acuerdo a cómo se tomen, traerán prosperidad o estancamiento a nuestra vida espiritual.

Aquí se aplica aquel viejo dicho de Luis Palau: “La vida en secreto, es el secreto de la prosperidad espiritual”.

Permanentemente, a lo largo de toda nuestra vida, nos veremos confrontados con situaciones en las cuales deberemos tomar decisiones. Esas decisiones tienen que ver con tomar uno de estos dos caminos: Uno es el que agrada a Dios. Ese duele, cuesta, tiene un precio. El otro es el que satisface los deseos egoístas y pecaminosos de nuestra carne.

El mundo grita: “¡Si te da placer, hazlo!”.

Por su lado, Dios nos dice en su Palabra: “Lo que deseo es que lleven una vida santa” (1 Tesalonicenses 4:3 Nuevo Testamento Alfalit). Nuestra elección probará nuestra conciencia. Allí se podrá medir la profundidad de nuestro compromiso con el Señor.

Lo que yo he experimentado en toda mi vida es que cada vez que he tomado el camino de la integridad, he obtenido RESULTADOS, en cambio cada vez que me fui por la senda equivocada, padecí CONSECUENCIAS. Frutos dulces o frutos agrios, solo dos opciones.

Felizmente con el tiempo uno aprende a elegir.

O tomaremos el camino que nos llenará de cielo o el que nos llenará de infierno.

"Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan". (Mateo 7:13-14)

Por Marcelo Laffitte

Nota de la redacción de Encendidosporelespiritu.com: suponemos que esta familia habrá devuelto el dinero que no les era propio, haciendo lo correcto. Personalmente nos pasó algo parecido en este mismo día, nos hicieron papeles por un porcentaje tres veces mayor al estipulado. Pagados los sellos y todo, nadie se había dado cuenta. Oramos y nos comunicamos con la persona responsable, quien nos agradeció la honestidad, y solicitó rehacer el papel, por el bien de los números estipulados. Integridad: a los ojos de los hombres somos zonzos, pero como esa familia, la recompensa la esperamos de Dios.

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