Proverbios 22:2-3 "El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los hizo el Señor. El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El tonto avanza a ciegas y sufre las consecuencias".

Sin distinción, todos pasamos por dificultades familiares, económicas, pero puedes tener la seguridad que Dios te ha creado y siempre se acuerda de ti.

Por eso, Él te anima a ser prudente, a estar atento a las advertencias, para evitar el peligro; a ser salvo de crisis en la Tierra, sin descuidar la salvación de tu alma y la vida eterna en el Cielo.

Ora así: Padre Dios, acepto tus consejos, para vivir prudentemente, me vaya bien en esta vida y en la eternidad. Creo que Jesús dio su vida por mí. En Su Nombre, amén.
¡Bendecido Martes!