Dios está con vos en la dificultad

La vida cristiana no está exenta de dificultades. Cada uno de nosotros enfrentamos pruebas, retos y momentos de dolor que pueden hacernos sentir débiles, confundidos o incluso desesperados. Sin embargo, la Palabra de Dios nos recuerda que después de la dificultad viene la restauración, el aprendizaje y la fortaleza renovada.“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10).

 

 
Dios no permite que pasemos por dificultades para desanimarnos, sino para transformarnos. Como el oro que se purifica en el fuego, nuestro carácter se fortalece cuando confiamos en Él en medio de la prueba. Cada dificultad trae consigo una oportunidad para depender más de Dios, para crecer en paciencia y para experimentar su fidelidad de manera tangible.
 
El salmista nos da un ejemplo claro, después de atravesar tiempos de angustia, persecución o dolor, siempre termina reconociendo que Dios estuvo presente y lo sostuvo. Salmo 30:5 dice:Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida; por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.”
 
Esto nos recuerda que el dolor es temporal y que la alegría y la bendición llegan después.
Después de la dificultad, Dios nos ofrece tres regalos:
Aprendizaje: Entendemos lecciones que solo se revelan en medio de la prueba.
Fortaleza: Nuestra fe y carácter se fortalecen, aprendemos a confiar más en Él.
Testimonio: Nuestra experiencia puede inspirar y edificar a otros que atraviesan circunstancias similares.
 
Por eso, si hoy estás atravesando un valle, recuerda que no estás solo. Dios va delante de ti, te sostiene en cada paso y tiene preparado un tiempo de restauración y bendición después de la dificultad.
CENTRO CRISTIANO PUERTA ABIERTA
Sáenz Peña - Chaco

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