Antes de ser crucificado, Jesús pasó una prueba muy grande en el huerto de Getsemaní, creo que fue la mayor de su vida. Allí fue tentado a abandonar la carrera, les dijo a sus discípulos, "mi alma está muy triste hasta la muerte".
Se apartó tres veces para orar y allí definir la batalla interna que estaba experimentando; el deseo de hacer su propia voluntad o la voluntad de Dios, su padre. En un momento a pesar de la gran carga que sentía, el peso encima, las gotas de sangre que sudaba, decidió no mirar el sufrimiento de la cruz y continuar la carrera mirando lo que le inspiraba y le daría fuerzas en ese momento crítico en su vida.
Puso el gozo delante de Él, el gozo de la promesa, de saber que iba a reencontrarse con su padre, el gozo de saber que iba a resucitar, el gozo de ver los millones y millones de vidas que iban a ser transformadas por su obra salvífica en la cruz.
Qué ejemplo tan poderoso que tenemos para no bajar los brazos, para no abandonar la carrera, para levantarnos de cualquier situación difícil que estemos atravesando.
Puesta la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe.
CENTRO CRISTIANO PUERTA ABIERTA
Saenz Peña - Chaco