A veces contristamos al Espíritu Santo con nuestras acciones, pensamientos e incluso intenciones. La razón por la que se contrista es porque no lo tomamos en cuenta o cuando entramos en pecado contra Dios; a Él le entristece cuando deshonramos al Señor.

Esa personalidad maravillosa de Él podemos conocerla, cuando abrimos el corazón para que eso ocurra. Él nos hace sentir su agrado, o su tristeza. Nos hace conscientes de nuestra condición delante de Dios. Él siempre nos guía a la verdad (Juan 16:13), por esa razón lo necesitamos cerca diariamente.
El Espíritu Santo es nuestro Amigo Fiel. Debemos permitir que tenga acceso a todas las áreas de nuestra vida, para que podamos recibir Su ayuda en todo momento.
Debemos también honrar nuestro cuerpo como templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19-20), cuidarlo y tratarlo con respeto y amor. Al hacerlo, experimentaremos su poder y su presencia en nuestra vida diaria.
El Espíritu Santo es un caballero; Él no entra donde no se le da lugar. Debemos permitirle entrar para que Él intervenga en nuestra vida.

Tomemos tiempo de calidad para desarrollar una amistad con el Espíritu Santo. A medida que lo conoces revelatoriamente, más fuerte sera la relación con Él.
El Espíritu Santo nos enseña tantas cosas necesarias acerca de la adoración.
Que el Espíritu Santo se revele a tu vida como Ayudador, Maestro, Amigo y Consolador.
Bendecido sábado !!!