Las pruebas son parte de la vida

La palabra prueba aquí significa: “adversidades exteriores”. El apóstol comienza su carta con una palabra de aliento, de fortaleza. Él dice que cuando como cristianos nos encontramos en diversas pruebas o adversidades exteriores, debemos enfrentarlas teniendo una actitud de “sumo gozo”.

 

La palabra “sumo” significa la suma de todo. Por lo tanto, cuando el apóstol habla de “sumo gozo” se refiere a un “máximo gozo” o viceversa.

 

Como cristianos nos gozamos en la prueba y no a causa de la prueba. La prueba no nos causa gozo. No nos gozamos de las pruebas en si mismas, sino en lo que ellas van a producir en nosotros. Nos gozamos en los frutos de las pruebas.

 

 

Debemos aprender a ver las circunstancias que vivimos desde la perspectiva de Dios, con los ojos de Dios, no desde nuestra perspectiva humana y limitada. Al verlo de esta manera, vemos que las pruebas son un medio para nuestro crecimiento y desarrollo como cristianos.

 

El fruto de la prueba en primer lugar produce paciencia. Mientras nosotros enfrentamos la prueba con gozo y con resistencia perseverante, Dios trabaja en nosotros completando su obra.

 

Esta palabra nos ayuda a posicionarnos correctamente cuando pasamos una situación difícil. No debemos apelar al papel de víctima, ni a la queja o la autoconmiseración, sino que debemos gozarnos porque esta prueba me permitirá conocer a Dios de una manera diferente, veré su poder obrando sobre mi vida y sin dudas algo bueno Dios hará a mi favor.

 

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Sáenz Peña - Chaco