Tampoco se enseña o se denuncia en los seminarios. Y allí está. Haciendo daño y generando dolor y heridas que perduran por mucho tiempo. Y expulsando gente de las iglesias. ¿Cómo llamarlo? ¿Crueldad? ¿Inmadurez? ¿Insensibilidad? Veamos de qué se trata.