Somos hijos de Dios

Dios no está lejos, está cerca de ti, está en tu vida y en tus procesos. Cuando estamos peleados con Dios y estamos separados de Él nuestros beneficios no pueden ser nuestros beneficios, pero cuando estamos en paz con Dios estamos justificados, tenemos paz y acceso al Padre.
Cuando esperamos lo que está por venir de Dios, aparece en una manera increíble llenando nuestras vidas con la Gloria de Dios.
 
La tribulación nos hace más fuerte y nos produce paciencia. Podemos estar en la tribulación, pero no debemos dejar que esa tribulación nos apague la esperanza. Cuando el amor de Dios se derramó en nuestras vidas cambiamos completamente, Él llena ese vacío y comenzamos a recibir su Espíritu en nuestras vivir cambiamos completamente porque en el vacío comenzamos a recibir su Espíritu Santo. Cuando el amor de Dios desborda en nuestras vidas empezamos a amar aún al que nos lastimó.
 
Primero decidimos perdonar, pero no sentimos perdonar, primero está la decisión, pero en ese momento cuando Dios nos llena perdonamos con el amor de Dios.
 
Si no conocemos el amor de Dios y no creemos que Dios nos ama siempre dudaremos de Dios porque creeremos que las cosas se hacen por nuestros méritos. Romanos 1:10
 
Nosotros a pesar de no merecer su amor lo va a hacer posible porque Él nos amó primero.
 
Cuando nos falta amor tenemos que pedirle a Dios que nos llene de su amor en nuestras vidas, todo a nuestro alrededor cambia hasta los dolores y las ofensas del pasado son quitados de nuestra vida.
 
Cuando el Espíritu Santo viene transforma todo. Jesús pagó un gran precio por nosotros, nuestro corazón se alinea con el corazón de Él.
 
Pastor Robert Acosta

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