He sabido de situaciones muy tristes generadas por el egoísmo de los hijos. Incapaces de comprender el dolor lacerante que produce la soledad, terminan incluso con la propia relación con sus padres y dejan de hablarse luego de criticar, insensiblemente y con mucha crueldad, lo que puede ser una hermosa relación de amor. “Esa mujer no te quiere, solo le interesan tus bienes”. “Déjate de hacer ridiculeces a tu edad” “Estás actuando como un adolescente” “Si siempre has sido un hombre serio, qué te pasa ahora?”. Estos son algunos de los dolorosos calificativos que usan algunos hijos y que lastiman de manera muy cruel a sus padres.