Muchas de nuestras batallas o pruebas son verdaderas pruebas y Dios tiene propósito con ellas. Si estás en una prueba y lo estás buscando, terminarás bendecido y fortalecido.
Puede ser que esa prueba que estes pasando sea para hacerte crecer en la fe. Dios a su amigo Abraham lo probó con su hijo en la fe. El deseo de Dios en tu prueba es que crezcas.
También puede ser que la prueba sea para que obedezcas. Es necesario discernir si lo que estás pasando es una prueba, una consecuencia o un ataque para poder encontrar el antídoto correcto.
Si has tomado malas decisiones en tu vida, por ejemplo, solicitaste un crédito y hoy no puedes pagar, es una consecuencia. Debemos mirar hacia adentro, pedir perdón y enmendar nuestras futuras decisiones, tratando siempre de ser guiados por el Espíritu Santo.
En cambio, cuando estás buscando de Dios, sirviéndole, tratando de hacer todo correctamente y viene algo inesperado, es un ataque del enemigo para sacarte del propósito de Dios. Debes unirte en oración, cortar todo lo que te está sucediendo y limpiar los aires en oración. Todo se despejará y tu camino seguirá en bendición.
Isaías 61 dice "El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel".
La unción del Espíritu, te da capacidades sobrenaturales que vienen del mismo Dios de los cielos y opera en alguien que lo recibe. El Espíritu Santo te ayudará a pasar la prueba, a tomar buenas decisiones para no tener más consecuencias y te dará sabiduría para romper toda artimaña del enemigo que te atacó.
-Pastor Robert Acosta, Centro Cristiano de Avivamiento, Resistencia, Chaco, Argentina
