Sólo si es necesario

No todo el tiempo somos probados, ni todas las áreas de nuestra vida. No hay quien esté permanentemente en constante prueba. Las mismas son transitorias y por períodos bien controlados por Dios. En cuanto logran su propósito, desaparecen; de eso se encarga nuestro Padre, quien las administra tanto en tiempo como en intensidad. Él lo hace así para cuidarnos. Eso sí, las permite, pero eso no significa que Él mismo nos tiente. Sabemos entonces que la prueba es necesaria en tanto y en cuanto haya áreas no maduras en nuestra fe, en nuestra relación con Dios o en nuestro carácter cristiano.

1Pedro 1.6-7 “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,...

“...Si es necesario...”. Tenemos que entender esto: Dios no va a permitir que una prueba nos aflija y venga sobre nuestras vidas si no es necesaria, de manera que cuando te rebelas con Dios por alguna prueba de aflicción que estás pasando, te estás rebelando contra su voluntad para tu vida y en lugar de permitir que Él edifique y fortalezca tu fe, estás negando la fe y la estás destruyendo.

Tenemos que llegar a decir: “Si es necesario pasar por alguna prueba, amén, que venga, lo mas importante para mí es fortalecer mi fe, purificarla y dejar que crezca”.

Una cosa que debemos aprender es ésta: Dios no edifica mi fe sobre la base de las respuestas a mis oraciones, sino sobre la base de sus demoras.

Muchos de nosotros pensamos que, si Dios comienza a responder una a una nuestras peticiones, nuestra fe se edificaría rápidamente y seríamos hombres y mujeres de fe, pero Dios no obra así, no es de esa manera que nuestra fe crece y se purifica.

Ejemplo de esto lo tenemos en Israel:

 Clamaron porque no tenían agua, entonces Dios le dio agua de una roca.

 Se quejaron porque no tenían pan, entonces Dios les dio pan del cielo (durante 40 años, todos los días)

 También se quejaron porque no comían carne, y Dos le dio carne, codornices (también durante 40 años, todos los días).

El Señor les dio todas las cosas que pedían, y ¿cuál fue la reacción de ellos? ¿creció su fe? ¿se purificó su fe? Al contrario, ¡siguieron quejándose después de conseguir lo que querían! ¿Qué dice 1Corintios 10.5?: “...de la mayoría de ellos no se agradó el Señor...”

 

 

Recuerda que Dios necesita purificar nuestra fe como se purifica el oro para que sea valiosa.

Pra. Mabel Claus Centro Cristiano Puerta Abierta, Sáenz Peña, Chaco, Argentina

Editora del Sitio
"Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos..."

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