San Lucas 2:4-7 “Como José era descendiente del rey David, tuvo que ir a Belén de Judea, el antiguo hogar de David. Viajó hacia allí desde la aldea de Nazaret de Galilea. Llevó consigo a María, su prometida, quien estaba embarazada. Mientras estaban allí, llegó el momento para que naciera el bebé. María dio a luz a su primer hijo varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos”.
El emperador Romano Augusto había decretado un censo y todos debían viajar al lugar de nacimiento, y por eso los “hoteles” estaban llenos, por lo que José́ y María terminaron en el “garaje” de la posada, donde estaban “estacionados” los camellos y burros de los viajeros.
Ese pesebre que cobijó a Jesús sigue siendo símbolo del nacimiento del Salvador del mundo.
Que en esta Navidad Jesús tenga lugar en tu corazón, y encuentres el propósito transcendental para el cual Dios te ha creado.
Porque Navidad es:
Amor, Caridad, Justicia, Comprensión, Respeto, Amor a la vida, todos los días... y es a partir de esas actitudes que nace la Esperanza, nace la Alegría, nace la Paz
Que tu Navidad no sea de una noche, no sea de un rato... Que tu Navidad sea eterna...
Ora así: Señor, en esta Navidad hay lugar para Jesús en mi corazón, en mi mesa, en mi hogar. ¡Lo recibo! ¡Creo que es mi Salvador! En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Viernes!
¡Feliz Nochebuena! Feliz y Eterna Navidad!!!