Era muy anciano. Pero lo importante, y lo que quiero rescatar, es lo que Juan decía en sus mensajes.

Él no llevaba sermones en bosquejos. No utilizaba mucho tiempo. Todo lo contrario, era muy breve. Extremadamente breve. Pero, ¿qué decía?
Juan, en todos lados decía esto: “Hermanos vengo a decirles que no dejen de amarse…ámense…ámense mucho…lo realmente importante es el amor hermanos…”.

Donde lo llevaran él no se salía de estas palabras.
Alguien le preguntó: “Juan, habiendo sido el gran amigo de Jesús, el que estuvo al pié de la cruz cuando murió, habiendo sido testigo viviente de tantas manifestaciones del poder de Cristo… ¿por qué haces silencio sobre todo eso y te empeñas en repetir que se amen?

Juan respondió: “Porque eso, y nada más que eso es el Evangelio de Jesucristo”.
Por Marcelo Laffitte