Decíte a vos mismo: ¡Espera en silencio!

En este salmo, David se autoimpone esperar en silencio a que Dios actúe. Tal es su confianza en Él. Tal su comprensión en que el Señor movería todo su ejército para defenderlo, en caso de ser atemorizado. Y si tenemos ESA comprensión del amor de Dios por nosotros, la respuesta del Maestro será igual a la que le daba a David.

Salmos 62:5-6 “Que todo mi ser espere en silencio delante de Dios, porque en Él está mi esperanza. Solo Él es mi roca y mi salvación, mi fortaleza donde no seré sacudido”.

Un famoso pintor hizo un cuadro sobre la paz: dibujó una tormenta, un mar embravecido y un pequeño pajarito asomado confiado en su nido sobre una roca inconmovible.

Jesús es la Roca en la cual te afirmas, esperando con confianza que la tormenta pase y la respuesta a tu oración llegue en el tiempo de Dios.

 

Ora así: Padre Dios, reconozco que me he impacientado, pero al leer tu Palabra, me afirmo confiado en Jesús, esperando firmemente Su ayuda. En Su Nombre, amén.

¡Bendecido Jueves!

Editora del Sitio
"Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos..."

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