"Me sentía muy mal y triste, porque antes en el campo donde vivía no había médicos ni hospitales, entonces crecí sin que me dieran la cura que necesitaba, viví dos años arrastrándome por el piso".
"Estuve todos esos años viviendo así hasta el tiempo de la cruzada, cuando me entero de la posibilidad de ser sanada me inscribí enseguida, hasta ese entonces vivía con una férula puesta y caminaba con bastón".
"Cuando estoy en la cruzada en línea de oración con la pastora Evelyn Joshua, me oró uno de los evangelistas y yo sentí un escalofrío, casi me desmayo, cuando recupero la consciencia veo que la gente me estaba abrazando y sostenían la férula que estaba en mi pierna, ¡Yo estaba corriendo!».
