Un Dios sobrenatural opera a nuestro favor

Con Hilda tuvimos la enorme fortuna de tener, en nuestros primeros años de creyentes, verdaderos gigantes espirituales como maestros. Sus valiosas enseñanzas todavía retumban en nuestras mentes. Jamás las olvidamos.

 

Una de ellas nos permitió entender ¡y creer! que, desde el momento mismo de nuestra conversión, una fuerza sobrenatural, de alcances inimaginables, operaba a nuestro favor. Era Dios mismo repitiéndonos “Si yo estoy con vos, ¿quién podrá estar en contra tuya? Y eso nos hizo audaces y ya nunca más lo limitamos al Señor.
 
 
Si usted creyó en Cristo y le entregó su vida, sepa y crea que ¡está en la misma condición que Dante Gebel, Alberto Motessi, Joyce Meyer, Max Lucado o cualquier otro líder importante. Ni se le cruce por la cabeza pensar que Dios está imposibilitado para darle una gran respuesta. Luis Palau nos solía decir: “Sueñen grandes sueños y oren grandes oraciones”.
 
¡Nada de lo que está en la Biblia es de relleno! ¡Todo es verdad! El Señor no se burla de nadie. Si Él nos dice que “la oración del justo puede mucho”. Créala y úsela. (Santiago 5:16).
 
Ni se le cruce por la cabeza que “es demasiado lo que le estoy pidiendo a Dios” ¡No dude de su poder sobrenatural! ¡Crea en un Dios grande! No tenemos un “diosito”. Afirma la Palabra: “Su grandeza es inescrutable” (Inentendible).
 
 
Salmos 139:14 nos invita a decir con el salmista: “Te alabaré porque formidables son tus obras, estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien”.
 
Cuando nacemos de nuevo Dios nos bautiza con audacia sagrada y confianza divina. ¡No perdamos esas virtudes! Al contrario, pongámoslas en práctica.
 
Yo he aprendido que el Señor no quiere grandes hombres, Él quiere hombres que se atrevan a mostrar la grandeza de Dios. Y pidámosle con fe porque para el Dios de los imposibles nada es demasiado grande.
 
 
Siempre creí que “imposible” es una palabra que inventaron los débiles para que la vida les resulte más fácil. Imposible no es una realidad, es una opinión.
Como periodista me enseñaron a ser “un hombre de lo concreto”, a escribir o comentar sobre cosas que podía ver y tocar. Sin embargo, hace muchos años estoy siguiendo a Alguien que nunca vi...
 
…pero que cada día me sorprende con respuestas extraordinarias.
 
 
Por Marcelo Laffitte

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