¿Cómo respondió el Señor? Yo estaba consciente en el quirófano mientras los médicos se alistaban. De pronto, el cirujano, quizás para distender un poco, me preguntó: ¿A qué te dedicas Marcelo? “Dirijo un periódico cristiano”, le respondí.
“¿Usted es Marcelo Laffitte el director de El Puente?”, me interrogó una enfermera ubicada atrás de mi cabeza. La miré y solo pude ver sus ojos rasgados a través de la mascarilla. “Sí, soy yo” contesté. “Querido hermano”, habló con voz muy firme, pero cálida. “Quiero decirle que tenga paz porque todo saldrá bien. Mientras lo operemos yo estaré orando por usted...así que tenga paz”.
Con esas palabras me dormí por efecto de la anestesia. La intervención duró ocho horas y todo ocurrió de la mejor manera.
A los tres días me dieron el alta y a la semana, cuando ya podía caminar, volvimos a la clínica a traerles un presente a cuatro o cinco profesionales que me atendieron con mucha calidez.
Encontramos a todos...menos a la enfermera del quirófano. Insistimos en la búsqueda. Nadie nos pudo dar un solo indicio. El cirujano que me operó no recordaba, inexplicablemente, las palabras de aquella mujer.
¿Aquella mujer...o aquel ángel? ¿La habrán escuchado y la habrán visto los demás? ¿O sólo yo pude percibirla?
“A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos sus caminos. En las manos te llevarán para que tu pie no tropiece en piedra” Salmos 91: 11,12
Por Marcelo Laffitte
