¿Quieres recuperar la bendición de Dios?

Hay cosas que se pueden recuperar y otras que no. Hay cosas que se puede recuperar rápido y hay otras que son progresivas. En Dios todo, en su gracia y misericordia, es suplido. Hay cosas que no se podrán recuperar si Dios no interviene.

Mateo 14:19-21 “Y mandó a la gente que se sentara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos, quienes los repartieron a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos que sobraron. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños”.

En Su palabra dice que Dios está trabajando para que recuperemos lo que hemos perdido por años. ¿Cómo hacemos para que esto ocurra?

Queremos dejarles estos tres puntos que le "permitirá recuperar la bendición de Dios".

Primer Punto

El primer paso es el arrepentimiento y el buscar a Dios en serio. En ayuno, oración y ruego. Si lo que perdiste es importante para ti debes buscarlo de esta forma.

Si escuchabas la voz de Dios y ahora ya no lo haces, es tiempo de recuperarlo. Lo material no es tan importante como perder la comunión con el Espíritu Santo. Si pierdes al que bendice y te quedas con la bendición, no vas a poder disfrutarlo.

Si es serio lo que quieres recuperar tómalo en serio. Cuando Jesús nos habla en la biblia que se le perdió una oveja, Él dejo las 99 solo por esa oveja porque esta era importante para Él.

¡Cuando recuperemos eso que perdimos y nos importaba haremos fiesta!

Segundo Punto

La bendición es mucho más que un regalo, es mucho más que lo material que tienes.

Cuando a Jesús le llevaron los 5 panes y los 2 peces. Si miramos lo natural, lo único que podemos decir es que no va a alcanzar para alimentar a todas esas personas que estaban esperando para comer. Pero Jesús tomo lo que tenía y lo bendijo y la bendición convirtió lo que tenía en lo que hacía falta, Y pudo alimentar a todos y sobró.

Si queremos un hogar bendecido, sólo necesitamos que Dios entre para que tome lo que hay y convierta en lo que haga falta. Lo que nos cambió a nosotros fue la presencia de Dios, y Él puede hacerlo con cualquiera.

La bendición de Dios hizo que dejemos el pecado. La presencia de Dios hizo que nuestras vidas que cambien. la deferencia no está en lo que tenemos, sino en que Dios nos bendiga.

-Si llevamos a Jesús nuestros panes y peces Él los va a bendecir y todo lo que teníamos y no alcanzaba, ahora va a empezar a alcanzar. Nuestro dinero sin la bendición de Dios no nos alcanza, pero si Dios nos bendice podemos ser prosperados.

Las bendiciones de Dios no añaden consigo tristeza, así que no nos bendice sólo en lo natural, sino también en lo espiritual.

¡La bendición de Dios es la clave para las cosas!

Cuando venimos a la iglesia venimos a buscar la bendición, y ésta marcará la diferencia. Cuando uno invita a Jesús y Él viene, trae la bendición con Él, así que debe haber una diferencia en nuestras casas.

Debemos declarar bendición, porque en la boca tenemos la autoridad para declarar vida o muerte. El diablo nos ha encerrado para que solo hablemos lo que nos pasa de malo. Pero en esta semana nos tomaremos un tiempo de oración y ayuno para cortar con todo eso, ¡y para que comencemos a ver lo que Dios quiere que veamos!

Dios quiere que seamos un canal de bendición para que ayudemos a otros con nuestros testimonios.

Tercer punto

Ya estamos bendecidos, Ya Dios nos ha devuelto la bendición y estamos disfrutando de ella. ¡Pero hay algo más!

Recuperaremos el hambre por su palabra, por oír su voz, recuperaremos todo lo que Dios tiene para nosotros, pero lo siguiente es que "está por venir un derramamiento del Espíritu Santo" sobre nosotros para que nuestro gozo sea completo. 

Practíquenoslo esta semana con la autoridad que Dios te ha dado, Dios va a bendecir lo que Él bendice, pero va a usar nuestros labios para hacerlo.

Tomemos esta semana seriamente para poder bendecir nuestras familias, hijos e esposa/o. Los únicos que pueden bendecir a sus esposas son su esposo, los únicos que pueden bendecir a sus hijos son sus padres.

Busquemos la bendición como Jacob, no te dejaré hasta que no me bendigas. Tenemos una gran oportunidad esta semana y no la desperdiciemos. ¡Todos los años que perdimos se nos devolverá multiplicado y en bendición!

La bendición de Dios tiene dos partes

Primer punto: "es lo que es la persona, declara su identidad"

Debemos comenzar a declarar lo que la persona es. (Eres valiente, esforzada, y démosle gracias por todo lo que hace) Cuando Jesús comienza su ministerio, el Padre lo bendice con la palabra "este es mi hijo amado en quien tengo complacencia".

Cuando afirmamos la identidad de las personas a quien bendecimos, debemos desatar lo que esperamos en bendición. Para esto tenemos que ir a Dios y preguntarle quienes somos en Él. Una vez que sabemos quiénes somos, debemos afirmar la gracia de Dios en nosotros.

Segundo Punto: "Desata el propósito de Dios"

Desatemos el propósito de Dios. ¡Serás lo que Dios quiere que seas!

¿En nuestras relaciones hablamos lo natural o lo que esperamos? A lo que es importante, debemos darle importancia, y para esto Dios no dará palabras de bendicen para darles.

Debemos bendecir en tres ámbitos

Uno: "en lo natural".

Dos: "en el ámbito donde nos movemos delante de la gente".

Tres: "en privado".

¡Comencemos a vivir en la bendición de Dios!

Dios va a traer de regreso todo aquello que se comió la oruga el saltón y el revoltón, puede que sean pocos años en los que Dios te traiga, pero en gozo es como si fueran muchos años.

-Pastor Robert Acosta- Centro Cristiano de Avivamiento, Resistencia, Chaco, Argentina

Editora del Sitio
"Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos..."

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