Él observa el corazón, la intención y la fidelidad silenciosa. Así como lo hizo con Nehemías, que lloró, oró y esperó sin saber que la respuesta vendría del mismo rey a quien servía, también Dios ve nuestras oraciones ocultas y actúa en su tiempo perfecto.
Él ve tu fe cuando orás sin resultados, tus lágrimas cuando el corazón se quebranta, tu lucha cuando seguís adelante a pesar del cansancio. Cada lágrima, esfuerzo y acto de amor son anotados en el cielo y usados por Dios para su propósito.
Aunque otros no lo noten, Dios sí lo hace.
Y cuando menos lo esperes, la respuesta llegará, porque el Dios que vio a Nehemías, a Ana y a José también está viendo tu historia hoy.
Pastora Mabel Toloza de Claus, Sáenz Peña
La Palabra de Dios dice en Romanos 12:17-21 "No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal".