Muchos cristianos llevan años en la fe, algunos hasta ocupan cargos en la iglesia y, sin embargo, permanecen atados. Siguen atados a la condenación de la ley. Esto significa que no les ha sido revelada la crucial verdad de la Gracia de Dios. El cristiano que ha entendido lo que significa la Gracia ya nunca más vivirá en esclavitud, ni tratando de ganarse con obras algo que ya le pertenece: el amor incondicional de Dios.