Testimonio: "Acepta la poda del Señor"

Hace unos años mi esposo me regaló una planta hermosa llamada Rosa del Desierto o Adenium. Majestuosa, llena de flores y super dura, porque está preparada (como su nombre lo dice) para soportar los soles y calores extremos del Chaco, provincia donde vivimos.

Como vivíamos en un departamento, el lugar elegido para ella fue el balcón, donde dio muchísimas flores, hasta que de pronto comenzó a tener solo ramas larguísimas y solo hojas.

Como suele pasar en estos tiempos, consulté con el señor Google para ver otras plantas similares y vi que florecían profusamente en ramilletes, entonces, procedí a atar sus ramas. Los resultados no fueron los mejores, mi planta seguía sin florecer.

Otra incursión a internet y vi que mi planta necesitaba una poda, que no es cortar solo porque sí. Hay que separar la planta, dejarla unos días sin agua, sacarla de su maceta, podar sus raíces, ponerle canela, dejarla cicatrizar, podar sus ramas, ponerlas para reproducir (que no siempre da buenos resultados), un trabajo que lleva bastante tiempo.

Hay que preparar los nuevos lugares donde irá la planta madre, con tierra nueva, con nuevos sustratos y acomodar todo con mucho cuidado. Pasados unos días, el riego.

Esta es mi segunda poda a la planta original y entonces, el Espíritu Santo me enseñó que así hace con nosotros.

  • Nos muestra que ya no estamos dando frutos, que por más que nos atemos a situaciones o personas, nada sirve.
  • Nos saca del lugar donde estamos cómodos.
  • Nos deja solos, de repente quienes eran amigos o familiares no están.
  • Y comienza "la poda" raíces que ya no sirven, que serían lugares o personas que no nos están haciendo bien.
  • Ramas que no están dando frutos y que pueden ser de bendición para otros, porque al ser "podados", con lo que nos sacan bendecimos otras familias u otros lugares.
  • Eso conllevará un reacomodamiento seguro, a solas, con muchas cosas nuevas, mucha nutrición, para poder iniciar otro escalón en nuestra vida.

Luego de un tiempo, como dice Jesús: "Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto" en Juan 15:2 y el resultado de esta "poda" será este:

De la redacción de encendidosporelespiritu.com.ar

 

 

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